Encontrar el lugar justo para dormir por el resto de la eternidad no es trabajo fácil para una princesa, de hecho, encontrar un lugar con glamour, y con toda la belleza justas e ideales, que realzen todas las fantasías y deseos por cumplirse en un suspiro de vida, puede llegar a ser más fácil que encontrar el lugar para descanzar eternamente. Fue de esta manera, que buscando el segundo sitio descripto, encontré el apocento más delicado y fascinante por el cual no he de dejar de pasar antes de dar mis últimos giros a la dulce fragancia que pude apreciar de la vida. Danzante y a paso seguro recorria todo, detallista e impaciente. Cuando tropezé con ella. Era hermosa, y brillaba a más no poder. Recorrer sus límites era como el paraíso al cual todo estamos destinados, intocable e impenetrable a menos que se cumpla con los requisitos necesarios. Quería entrar, y penetrar sus hilos plateados que encerraban todo aquello. Queria encenderme dentro y esperar, ahora con paciencia, que el final me atravezase sin amparo, llevándome consigo feliz de haber podido estar allí al menos una vez en mi corta vida. Pues bien, es en la jaula de luces, donde quiero permanecer, es en la jaula de luces donde he de nacer, crecer y morir. Es en la jaula de luces donde te voy a encotnrar, es allí donde quizas te vuelva a ver.
Jaula de luces.
Publicadas por Shh.., a la/s 7:41 p. m.